Un café en la pausa…


Gladys González Villagrán

Gladys González Villagrán

Estoy con bronca conmigo misma. ¿Por qué?.
Linda pregunta.
Simplemente por haber cedido a mis bajos instintos y caer. ¿En la gula?, ¿la codicia? ¡No mucho peor! Ah sí, uds. estarán sonriendo y diciéndose ¡pah ramonita consiguió algo! Algo sí. ¡Algo sí! Pero no lo que piensan. Nada más lejos de eso, si hubiera un barómetro para medirlo diría que caí, sí , consciente, alegre, casi ingenuamente.
Vi el sol de otoño-nada importante para hacer- entonces me dije: ¡manos a la obra!.
Y comenzó una vertiginosa caída en mi perfecta autoestima anárquica.
Comencé por una visión general de la tarea a emprender…
Tiré una moneda al aire. Como tiene dos caras y eran múltiples las alternativas, recurrí al I Ching.
Velas, incienso , todo lo que se hace cuando se recurre desesperadamente a este milenario arte.
Me respondió algo así como:  “los vientos del bosque están a su favor, la barca luminosa del cielo responde a tus expectativas, cambia el rumbo con confianza, cree en tí, todo está a tu alcance y conseguirlas el placer supremo.”
Le creí, vaya si le creí y en un gesto espontáneo le di las gracias a Confucio.
Y empecé .
Vinagre, necesito vinagre! -pensé- (una amiga que vive en buenos aires siempre lavaba todo con este elemento milagroso para tirar las malas ondas)
Guantes de goma, trapo de piso, lampazo , escoba , lavarropas, líquidos desinfectantes varios, y un buen cafe? -este para darme ánimo-fueron parte de mi poderosa artillería.
Iba a ejercer el oficio más viejo del mundo!!!
Que si es..? cómo …?NO! Ese no! el más viejo y mal pagado! ese “otro” por lo menos se cobra ; en éste nadie te reconoce, no tenes salario , eres realmente honoraria de la vida.
Ejercí hoy muy a contrapelo el oficio de “ama de casa”.
Me babeo de sólo pronunciar esas tres palabras. Se me erizan los pelos de la nuca y ya que estamos de los brazos , axilas y púbicos. Ama de casa, ama de casa, ama de casa, repetía como posesa mientras recorría nuestro habitab y paso a paso llenaba mis brazos , mano y espalda con montañas de ropa para lavar.
Recurrí al olfato. Que para qué? Es el viejo truco para saber cuál de las prendas está limpia y cual sucia. Que no es científico? Vaya si lo es, cúantas mujeres de éstas sacrificadas a puesto su nariz al servicio de calzoncillos, bombachas, remeras, pantalones, medias. Que es un asco? Sí pero es a prueba de fallos. Si tus narinas dicen sucia es SUCIA.
Que si separé lo blanco de lo de color antes de ponerlo en el lavarropas? Les diré: no creo en publicidades de detergentes, jabones en polvo y afines. La ropa de casa se lava en casa y se encamina solita hacia el artefacto que las bate por un rato y la saca casi seca.
Y cuando salen son blancas, de color, negras o grises…pero limpitas!
Cinco veces dió el okey mi lavarropas…total 8 por 5… !
Las sogas ahítas de placer con sábanas, acolchados, soutines, braguitas, bufandas(eso es lo que sobra en mi casa) , el sol vigilante llamó al viento y entre los dos fueron secando parvas y parvas de hilos, algodones, nylon, les dí las gracias como corresponde: tomé otro café en su honor.
A todo esto en una mano la escoba, en otro un trapito con lavandina, la emprendí con el baño, los pisos , baldosas puertas y ventanas. Los perros al ratito nomás de comenzar vieron que venía con el antipulgas y desaparecieron.
Feliz hasta ese momento de estar en la piel verdadera de una señora como debe ser- mentira más grande nunca escuché, ni a los políticos mire- proseguí con la noble tarea de colgar prendas, sacar prendas, ponerlas en una silla para que se fueran “asoleando”, perder los palillos o broches como quieran llamarlos, y alegremente (vuelvo a decir hasta ahí) me despaché con la segunda parte de esto.

Saqué todo de los placares, de las mesas luz, de cualquier bolsa, bolsita, cajita etc.para ponerlos al sol.

Mi jardín quedo hecho una preciosida’ (dijera JUCECA) ; cuerdas repletas, sillas repletas, un montón hermoso de hojas secas de una parra de porquería que es ornamental y ni siquiera da uvas, zapatos diseminados por el pasto en una bonita composición plástica. Todo totalmente artesanal.
Como los perros no aparecían : me tomé otro café.
Serían las 12 y 30 -pleno mediodía-, cuando mis jugos gástricos me dieron el toque de alerta. Tenía hambre. Pero cómo parar esa enorme locomotora infernal que me había poseído hoy 25 de Abril? Imposible. El monstruo ancestral se había apoderado de mí, de mi voluntad, se ve que renacieron mis genes-aquellos-que debo tener muy ocultos de la época de las cavernas.
Seguí, y me tomé otro café para festejar con mis antepasados.
Con la voluntad algo disminuída, pero con el corazón gozoso, ya que el sol no se quedaba quietito en un lado, fui corriendo las sillas más o menos una docena de veces…
Dije basta por hoy! Así fuerte y contundente! Doy vuelta en mi alrededor y despierto al horror, a lo macabro del realismo mágico en mi propia casa.
Un tsunami no lo habría hecho tan bien.
Eran las 15 y 30 y aquel aquelarre del inicio se había multiplicado por las veces que dió vueltas el lavarropas, más la movilización dentro de la casa, con lo cual tenía un pequeño problema que resolver…por dónde caracoles empiezo?
Bueno , separar, doblar , guardar, embolsar, cerrar cajones abrir puertas, y aún no llegúé a la cocina!
Como estimulante: otro café.
Son las 20 y 30 .Aclaro acá para que no haya mal entendidos y se ande hablando de mí como si fuera una verdadera “de esas cosas” que no quiero nombrar( A de C),que aún no llegué a la cocina, ahí está sucia, platos ollas, sartenes, cubiertos y vasos en un lindo recuerdo de cómo era mi hogar antes de este súbito ataque.
Quiero decir también para que después no vayan a andar con chismes que desde hoy odio a Susanita la amiga de Mafalda-antes hasta me caía simpática con su ingenuidad- ahora se ha ganado mi eterno encono.
Odio a los chinos que me leen mal un arte de miles de años y me dieron la interpretación equivocada , y más odio a las «amas de casa» de verdad que pueden unir las medias una con la otra siendo que hace más de ocho horas que intento hacer tres pares de unas ochenta que han quedado huerfanas.
Aviso: si el perfil de un asesino serial es de una veterana con ideas locas como querer ser ama de casa por un día ,ése es el mío. Cuidense.
Me voy a tomar un café.

GGV

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Crónicas de un viajado III «Mosca de Bar»


Mosca de bar

Kro Nopio

Kro Nopio

No paraba de sonar en mi cabeza el tema de 2 minutos “mosca de bar” mientras escribía esta nota. Aquella introducción de Symns me retumbo desde que la oí por primera vez y hasta el día de hoy me describen de una manera exquisita la relación filosófica y real entre vida y bar.

Háblame de cultura de bar y decime que es para vos. Los bares en Barcelona son los lugares donde la gente vive gran parte de su vida cotidiana. Existe una pulsión entre el dinamismo que adquiere una ciudad y el ritmo que le imponen sus habitantes.
Los Bares son testigos silenciosos (a veces) de lo que nos deja esta contradicción.

No me ánimo a contar pero no les miento si les digo que mínimo debe de haber uno o dos por cuadra, -y si te vas para el centro deja de contar-. Van desde los más tradicionales con su clásico “gallego” vendiendo detrás del mostrar hasta los de la clase gran invasión china. ¿La diferencia entre unos y otros? Casi que no la hay, recuerden que las grandes ciudades son sinónimo de grandes cantidades de consumo y a los borrachos los mismo le da tomar una aquí o allá.

De hecho es tanta la cantidad de bares que hay que unos de mis despertadores – que no falla- es la persiana del bar que está en la esquina. Y si es por empezar temprano la jornada los bares abren antes que los supermercados así que el café de desayuno y sus variedades en el bar lo puedes tomar. A veces sí que el ritmo de esta ciudad me sorprende, a la media mañana ya hay luz verde para volver al bar. La razón es sencilla hay que reforzar ese desayuno con los bocatas.

Las charlas matinales dentro de un bar son las clásicas referidas a las noticias, lo mal que va el país, lo hijo de puta que es Rajoy, el barça y el clima. Un expreso y otra vez a la rutina.

Los bares de los barrios llevan un ritmo más lento, al igual que el de sus vecinos con bastones. Así que por mero entretenimiento los abuelos se pueden pasar una mañana entera adentro.En mi caso voy al bar al mediodía, leo el diario mientras me tomo una birra y veo al pasar a ese que entre los mandados para el almuerzo se toma una cañita. Al igual que la cantidad de bares existen diferentes medidas para tomar cerveza, el quinto, la caña, mediana y clara. Esta última lleva un poco de jugo de limón. La última vez que fui un grupo de viejos se disputaba los tantos en la partida de dominó.

Luego de la siesta casi obligatoria en Catalunya se vuelve al bar. Si entras a la tarde te podes llegar a enterar de la vida de los vecinos. Es un espacio social donde además de los habitué pasa algún que otro forastero a tomarse su trago. Los primeros son los que le dan al lugar las actividades diarias que puede tener la vida de un padre, madre, trabajador, niños, una vecina cualquiera, una persona como vos y yo, pero con la diferencia de lo que se puede hacer en la casa ellos lo trasladan al bar.

A la noche se puede ver desde la vereda pantallas encendida de color verde, es que como casi siempre hay fútbol los aficionados llenan esa cancha de botellas y mesas para disfrutar del match. Pero también se juntan lo vecinos a tomarse una antes de cenar, luego, antes de dormir, o simplemente para brindar porque se termino la jornada.

Esta dinámica en la vida de las personas y la presencia que tienen los bares responde a una costumbre en la vida de los catalanes, lo que genera un clima particular que solo se encuentra entre cañas y bocatas de anchoas. Como dicen Symns “el bar es el bosque que le queda a la ciudad”.

Kro Nopio

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Imagen enviada por Kro Nopio.

 

Imagen enviada por Kro Nopio.

Imagen enviada por Kro Nopio.

Un café con los fantasmas


Gladys González Villagrán

Gladys González Villagrán

Estuve tomando un café con los fantasmas…

Allí en el viejo café , se reúnen todos los días. Entre el sonido de la máquina antigua, el tintinear de vasos, el grito del mozo: un cortado mesa cinco!; uno liviano mesa uno!…saboreé mi infusión preferida, conversando amigablemente con él.
Le conté de los tiempos actuales, de las dificultades, los logros, los proyectos. Se limitó a mirar sin emitir sonido. Sólo eso a mirar.
Cuando me percaté que estaba del lado equivocado de la mesa -que era el suyo- le pedí disculpas. Como es un fantasma sólo se mantuvo inmóvil .
En esa puja de voluntades,( los dos propietarios de la mesa), nos concentramos en el vaso de café. Seguí ahí , saqué un par de fotos como recordatorio de la charla. Y cuando me levanté de su escritorio – mesa, con ésa su dichosa sonrisa socarrona me dió los buenos días. Quedó el vaso y quiérase o no la pequeña gota de café se disolvió en dos pequeños círculos que hasta parecen estar besándose…

GGV

Imagen tomada en el cafè por quien escribe.

Imagen tomada en el cafè por quien escribe.