Pèrez que anda…
Don Antonio, con su pachorra, despachaba tranquilazo a los clientes.
En su almacén convivían alegremente los fiambres, las lechugas , verduras papas y frutas, con el querosene, ollas de aluminio y latas de corned beef.
No era época de bolsas de “naylon” sino que todo iba igualito envasado en papel de “estraza”.
A éso ahora para darle un nombre con glamour lo llaman “papel madera”.
Encandilaba con su destreza al envolver azúcar, yerba y rodajas de mortadela con el mismo estilo: como un caramelo “candel”: en forma cilíndrica y dos hermosos moños en las puntas.
Era tal su habilidad que, en el aire ,cazaba las hojas de papel y las convertía en casi, casi ,paquetes para regalo, claro que sin corazoncitos ni moñitas, y biodegradable.
En el barrio no se andaba correteando bolsas, ni otros deshechos.
Las veredas eran veredas de verdad, y las calles para andar suave en bicicleta, conviviendo con el paso de los perros vecinos y algún que otro auto muy de vez en cuando.
Las calles en aquél entonces te permitían saltar a “la cuerda” de uno en uno y hasta diez” , los monopatines corrían en la bajada, y lo mismo los “karting” hechos con madera y rulemanes , -si hasta dirección tenían-.
La plaza era cancha para pibes y para adultos, era lugar de reunión y de congoja, era un lugar público y a la vez privado, porque era nuestra.
A que viene esta añoranza dirán uds? Qué le dió a este pícaro viejo por recordar tiempos lejanos?
Eso: que estoy más viejo que el día que nací, y aún algo menos que el día que me vaya.
Por este “si acaso”, la vida siempre me da sorpresas: de las grandes y las otras las cotidianas.
Tan de todos los días como el perejil.
Don Antonio luego de despacharte, además de la yapa a la que no era muy afecto, te obsequiaba con un hermoso ramo de perejil. Puede decirse que te obligaba a llevarlo…Un buen ,verde, brillante y aromático perejil.
Entonces a eso vamos…mis recuerdos se dispararon así como un flash , cuando atónito veo la noticia en el diario -allí en el kiosko de la esquina- “¡Un ramito de perejil cuesta 150 pesos en el Mercado Modelo!
El casi despreciado, ése que quedaba mustio en los cajones , el que se regalaba pasó ahora a cotizar en bolsa!
Fue el único titular que leí. Me senté en mi balcón y prendí la radio : ¡Un ramito de perejil cuesta 150 pesos en el Mercado Modelo!-repetía el periodista de noticias-
Me cansé.
Bajé , fui hacia la rambla despacito , murmurando …la pucha que sí soy gil, ponerte así por un simple,simpático y oloroso condimento…estás viejo Mateo…
Mateo Cabral
(El tipo de la ventana)