Pèrez que anda… (El tipo de la ventana)


Mateo Cabral  "El tipo de la ventana"

Mateo Cabral
«El tipo de la ventana»

Pèrez que anda…

Don Antonio, con su pachorra, despachaba tranquilazo a los clientes.
En su almacén convivían alegremente los fiambres, las lechugas , verduras papas y frutas, con el querosene, ollas de aluminio y latas de corned beef.
No era época de bolsas de “naylon” sino que todo iba igualito envasado en papel de “estraza”.
A éso ahora para darle un nombre con glamour lo llaman “papel madera”.
Encandilaba con su destreza al envolver azúcar, yerba y rodajas de mortadela con el mismo estilo: como un caramelo “candel”: en forma cilíndrica y dos hermosos moños en las puntas.
Era tal su habilidad que, en el aire ,cazaba las hojas de papel y las convertía en casi, casi ,paquetes para regalo, claro que sin corazoncitos ni moñitas, y biodegradable.
En el barrio no se andaba correteando bolsas, ni otros deshechos.
Las veredas eran veredas de verdad, y las calles para andar suave en bicicleta, conviviendo con el paso de los perros vecinos y algún que otro auto muy de vez en cuando.
Las calles en aquél entonces te permitían saltar a “la cuerda” de uno en uno y hasta diez” , los monopatines corrían en la bajada, y lo mismo los “karting” hechos con madera y rulemanes , -si hasta dirección tenían-.
La plaza era cancha para pibes y para adultos, era lugar de reunión y de congoja, era un lugar público y a la vez privado, porque era nuestra.
A que viene esta añoranza dirán uds? Qué le dió a este pícaro viejo por recordar tiempos lejanos?
Eso: que estoy más viejo que el día que nací, y aún algo menos que el día que me vaya.
Por este “si acaso”, la vida siempre me da sorpresas: de las grandes y las otras las cotidianas.
Tan de todos los días como el perejil.
Don Antonio luego de despacharte, además de la yapa a la que no era muy afecto, te obsequiaba con un hermoso ramo de perejil. Puede decirse que te obligaba a llevarlo…Un buen ,verde, brillante y aromático perejil.
Entonces a eso vamos…mis recuerdos se dispararon así como un flash , cuando atónito veo la noticia en el diario -allí en el kiosko de la esquina- “¡Un ramito de perejil cuesta 150 pesos en el Mercado Modelo!
El casi despreciado, ése que quedaba mustio en los cajones , el que se regalaba pasó ahora a cotizar en bolsa!
Fue el único titular que leí. Me senté en mi balcón y prendí la radio : ¡Un ramito de perejil cuesta 150 pesos en el Mercado Modelo!-repetía el periodista de noticias-
Me cansé.
Bajé , fui hacia la rambla despacito , murmurando …la pucha que sí soy gil, ponerte así por un simple,simpático y oloroso condimento…estás viejo Mateo…

Mateo Cabral

(El tipo de la ventana)

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Ella


Mateo Cabral  "El tipo de la ventana"

Mateo Cabral
«El tipo de la ventana»

Ella.

En esto de escribir…Se me da. ¿Vio?
Estoy solo, a oscuras, y de pronto ella me chista.Insistente.
Mi birome.
Eso es. Mi bolígrafo, lapicera o como quieran llamarla.
Por supuesto siempre hay otra en el banco de suplente.
¿Que ya no se usa? ?Que Mateo está pasado de moda?
No soy tan tozudo.
Hace un par de años, cambié mi vieja pc. Por una notebook, despues una netbook,le siguió una tablet, un ipad, un teléfono 3 g o 4 .
Es decir intenté todo para no ser un viejo sentado en la ventana
No pude. Le tengo un cariño bárbaro.
Ella solita escribe, delira,redacta, hace preguntas.
Se lanza en una espiral maravillosa y se sumerge en la hoja en blanco.
Es alérgica.
Sí, a la moda.
Una vez tuvo enfrente a un parker con la puntita de oro y lo rechazó.
Mira de reojo el teclado y le gruñe solapadamente.
Aveces la noto reacia, se niega a tener musas.O no las escucha.
Por momentos también la noto cansada.
Pero que voy a hacer sin ella? Si se jubila, acá planto todo.
No escribo más.

MC «El tipo de la ventana»

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Comando «El tipo de la ventana»


Mateo Cabral  "El tipo de la ventana"

Mateo Cabral
«El tipo de la ventana»

Comando.

Mientras los cañones custodiaban celosos la bahía, ellos se escabullían por las rocas, silenciosos,someros, adustos.
Hombres recios, de mar y de tierra.
El pequeño islote de piedras se les antojaba lejano e inexpugnable.
Sólo su fuerza y coraje, los mantenía alertas desde que partieron de la batalla en medio del fuego cruzado de los enemigos.
Tomaban “la isla”por asalto en búsqueda de las municiones que escaseaban en el frente del jefe.
Alli-oculta- estaba la artillería casi invisible en medio de las aguas difíciles de navegar.
Profundas y de color mortecino en las primeras horas de esa noche.
Les ardían las manos quemadas por el roce de la roca, les gritaba la garganta sin emitir sonido.
El aullido de guerra se les escondía en las entrañas de sus ropas raídas por mil caminatas, mil días con sus noches.
Sólo poseían una lanza, un machete entre los dientes, y la sangre hirviendo.
Por toda compañía sentían aún el pequeño resoplido de sus compañeros al morir : para no alertar al bando contrario.
Allí, en esa piedra gris donde entraban apenas unas construcciones de ladrillo cocido estaba su fortaleza.
Don Artigas los había mandado y ellos en comando, el primero de todos los tiempos, tomaban ese día de 1811 la isla de ratas.

M.C

*La isla de ratas (isla Libertad) está en la bahía de Montevideo. Tiene unos cinco mil metros cuadrados. Aun se conservan vestigios de tiempos lejanos. Es área de la prefectura naval uruguaya.

Isla de ratas

Foto actual sacada por el Sr. Eduardo Gularte.
Isla de ratas

 

El tipo de la ventana – «Mesa de Saldos».


Mateo Cabral  "El tipo de la ventana"

Mateo Cabral
«El tipo de la ventana»

Don Jaime tiene una mesa con saldos.
Desde siempre es el dueño de la librería de la esquina.
Lo recuerdo adolescente, maduro, un sesenton y ahí está.
Vendiendo sus libros.
Tengo la certeza que nunca los quiso vender.
No los quería dejar ir.
Recurría a tretas baratas como subir el precio ante un interesado.
O recomendaba otro , o perseguía al cliente
-Cuídelo
-Si, señor gracias lo leeré con cuidado
-Recuerde que los libros se respetan.
Los clientes aunque algo molestos volvían una y otra vez.
Hay un algo mágico en ese local
Quizá sean las luces, el olor a libros antiguos, alguna polilla mimosa.
Algo que ata a quien entra. Como un amor, una despedida, una carta.
Don Jaime puso una mesa de saldos.
Mi interés y curiosidad me hizo arrimar a ella.
Atónito miré y..la encontré vacía.
-¿Vendió todo?
-No , alli están …convertidos en sueños: como sus autores , ud. o yo
Don Jaime ya no está en la esquina.

M.C

El tipo de la ventana. (Presentación)


Me llamo Mateo Cabral.
Miro Montevideo desde adentro.
Me asomo todos los días desde mi balcón y tomo notas.
Escribo.
Que es mucho más que lo que hacen muchos.
Soy Mateo para los amigos
Y también porque nó , para los que no me quieren tanto.
Si, tengo nombre un poquito antiguo.
Gracias a mis padres que supieron hacerse el amor, en la misma calle homónima
Son Cabral de apellido y como ponerle a su primer vástago fruto de una pasión prohibida?
Eso. Mateo.
Suena a calle empedrada.
Es decir- Mateo- y empezas a acordarte de los farolitos de antaño.
O de aquellos carros que paseaban los turistas por el prado.
Es nombre de luces tenues en rincones escondidos.
Es apellido de hombres machos y cabríos.
Juntos , casi casi suenan a poesía alcoholizada.
De a uno probas a decirlo muchas veces y siempre te da sorpresas.
Mateo. Mateo. Casi el repique de un tambor.
Cabral …y saboreas una caña de madrugada, o un buen cimarrón.
Nada de proselitismo. Ni político, ni patriótico, ni de marketing
Simplemente me presento: Yo Mateo Cabral
El tipo de la ventana.

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