Regalo del 6 de Enero (Fotos-Lubenica Luar)


Las callecitas del barrio Sur y Palermo tienen ese no sé qué.
Atronadores. Puede describirse así al ritmo caliente, palpitante , erótico de un tambor.
De cientos de ellos.
Lonjas humeantes en San Baltazar
Manos curtidas por el agua, el viento, la lluvia, y las otras:pequeñas, gráciles,con encanto.
Caderas que sacan chispas, chispas que rebotan en los adoquines centenarios, cuerpos morenos esculpidos a puro candombe.
Una miríade de colores y sonidos.
Un chas chas que es todo vena,sudor, sal. Un grito de libertad.
Una voz cuasi fantasmal bajando por isla de flores.
Un lejano pasado que rueda por las calles haciendo tronar los sentimientos.
La sangre se agolpa , se calma y vuelve a resurgir.
Sí señores. Esto es tambor, madera y sonido. Es llamada. Es San Baltazar.

GGV

Lubenica Luar

Lubenica Luar

Agua en la isla

Agua en la isla

Amor de comparsa

Amor de comparsa

Abracadabra

Abracadabra

Con candombe y con mamá

Con candombe y con mamá

Vendedora de alegrías

Vendedora de alegrías

Tangó tambor, Tangó tambora

Tangó tambor, Tangó tambora

Busca el reflejo

Busca el reflejo

Comodín

Comodín

Compás de espera

Compás de espera

No me olvido

No me olvido

Lo que hay que ver… «Renoir»


Alberto Postiglioni

Alberto Postiglioni

Nos escribe nuestro hombre de Cine para contarnos «Lo que hay que ver».

Entre las películas del reciente 12 Festival de cine de Montevideo que se destacaron está Renoir del director Gilles Bourdos. Estrenada, más tarde, en circuito comercial de Montevideo el 6 de diciembre de 2013.
La película muestra a un anciano (74 años) August Renoir (uno de los grandes pintores del impresionismo) en el año 1915. Se toma este año como referencia por la muerte de su esposa, aunque no hay datos precisos de los días que ocurre la ficción. Si, está claro que se está en plena Primera Guerra Mundial (1914-1918).
La pérdida de su esposa, los hijos Jean y Pierre soldados en el conflicto bélico y una artritis muy dolorosa hacen de sus días preferentemente las noches una tortura. Está junto a su hijo menor Coco y tres fieles sirvientas en una casa grande en la campiña de la Costa Azul. La llegada de Dedée Heuchling, una joven pelirroja en ocasiones actriz, que se ofrece como modelo, según ella fue enviada por la esposa del pintor, aunque ésta ya había fallecido. Renoir le dice: ”una joven venida de ninguna parte, enviada por una muerta”, se sonríe y la acepta. Esta mujer de hermoso cuerpo cambia de alguna manera la rutina del anciano, estableciendo progresivamente una extraña relación (algo parecido a lo que ocurre en el film “El artista y la modelo” de Fernando Trueba, también filmada en el mismo año, 2012).
Al poco tiempo llega uno de los hijos. Jean, herido en una pierna a pasar su convalecencia en la casa familiar y se enamora de Dedée y es correspondido. Influenciado por la muchacha (y por Erich von Stroheim y su film “Esposas frívolas”, 1922) años más tarde Jean se convierte en director de cine ofreciendo a von Stroheim el personaje del comandante Rauffenstein en “La gran ilusión” (1937) que lo consagró como actor. Con Dedée se casaron en 1921 y la primera película “La fille de l`eau” fue realizada en 1924 con ella de protagonista. Todo esto no está en la cinta de Gilles Bourdos, no es una biografía, pero es oportuno recordarlo para tener una visión más amplia de cómo sucedieron los acontecimientos.
Un homenaje al movimiento del siglo XIX. El guión del propio Bourdos toma los últimos años del pintor, murió en 1919, rescata pasajes y breves diálogos, haciendo hincapié en las imágenes, tanto de las escenas de interiores como de las exteriores son de una belleza que atrapa al espectador. Las luces y colores forman parte importante de la estética cuidada y representada exquisitamente por la fotografía del taiwanés Mark Lee Ping-Bin, buscando y encontrando el contenido impresionista de la propuesta en parte un homenaje al movimiento del siglo XIX en la figura de August Renoir tratando que la luz y cada toma sean un momento irrepetible una representación espontánea de la realidad; las escenas de un día de campo en las orillas de un río, una comida con invitados al aire libre, la modelo caminando desnuda sobre la hierba. Pero también con las impresiones del artista, en ese tiempo dedicado a captar la belleza femenina, como en los versos del poema de Mario Benedetti: “ Una mujer desnuda y en lo oscuro/ genera una luz propia y nos enciende/ el cielo raso se convierte en cielo/ y es una gloria no ser inocente/ una mujer querida o vislumbrada/ desbarata por una vez la muerte”.
La película retrata sutilmente esos pasajes y acerca otros; la relación de Jean y Dedée, de ésta con Renoir padre, de éste con sus hijos y con las sirvientas que lo acompañaron hasta el final.
El elenco: Michel Bouquet (como Renoir) Vincent Rottiers ( como Jean) Christa Therot (como Dedée) Thomas Doret ( como Coco, el hijo menor) es convincente y ayuda el buen resultado.
El director y guionista Gilles Bourdos deja la reflexión sobre el arte que no muere por el contrario se transforma en cada manifestación; la pintura del padre y el destino del hijo en el cine como una herencia, inclusive la modelo, luego la esposa y actriz con el nombre de Catherine Hessling.
Renoir. Dirección: Gilles Bourdos. Guión: Gilles Bourdos. Fotografía: Mark Lee Ping Bin.

Alberto Postiglioni

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