Tsutomu Yamaguchi. El sobreviviente de Hiroshima y Nagasaki


«De pronto, un deslumbrante fulgor rosa pálido apareció en el cielo, acompañado de un temblor sobrenatural, que fue inmediatamente seguido por una ola de sofocante calor y por un viento que barría todo a su paso.»
«En pocos segundos, las personas que circulaban por las calles y jardines del centro urbano fueron abrasadas. Muchos murieron instantáneamente a causa del espantoso calor; otros se retorcían por el suelo, aullando de dolor por las quemaduras mortales.»

«Todo cuanto se hallaba en pie dentro del área quedó aniquilado y sus restos se proyectaron en como torbellino hacia el cielo. Los tranvías fueron arrancados de la vías y lanzados lejos, como si carecieran de peso; los trenes, levantados de sus rieles cual juguetes. Los caballos, los perros y el ganado sufrieron la misma suerte que los seres humanos.»

«Todo cuanto vivía en esa área quedó aniquilado o en actitud de indescriptible sufrimiento. La vegetación no se libró de la catástrofe: los árboles desaparecieron entre llamaradas, los sembríos y arrozales perdieron su verdor y quedó la hierba quemada en el suelo como paja seca.»

«Más allá de la zona de la absoluta muerte, las casas se hundieron en un caos de vigas y muros. Hasta un radio de cinco kilómetros del centro de la explosión, las casas construidas de materiales ligeros se derrumbaron como si fueran castillos de naipes, los que hallaban en su interior resultaron muertos o heridos; y los que consiguieron librarse milagrosamente y salieron al exterior, se encontraron cercados por cortinas de llamas.»

«Por la tarde, el nivel del incendio general disminuyó, hasta que se extinguió porque ya no había nada más que incendiar».

Así relataba la tragedia Kodama Mitsuo, quien tenía 12 años cuando la bomba atómica arrasó su escuela y su ciudad, Hiroshima.

Pero no vamos a hablar de el, sino de otro habitante de Japòn, Tsutomu Yamaguchi.

Tsutomu Yamaguchi.

Tsutomu Yamaguchi.

8:13hs. El ingeniero japonès, atraviesa la ciudad . Hace algún tiempo que había pactado una reunión el 6 de agosto de 1945 por motivos laborales. No imagina que en dos minutos conocerá por primera vez el olor de la carne chamuscada. En 120 segundos le arderá su cuerpo y le arderá la vida cuando los gritos desgarradores taladren sus oídos. Las fosas nasales se verán obstruidas por nubes de cal. No quedará nada.

8:14hs. Mientras avanza, un silbido cae rasgando las nubes una a una. El hongo será inmenso, va a devorarlo todo.

8:15hs. Little Boy, así se llama la primera bomba atómica en impactar con la ciudad de Hiroshima. Tsutomu Yamaguchi se encontraba a tres km del impacto.

8:16hs. La onda expansiva alcanzaba a Yamaguchi provocandole quemaduras de gravedad en todo el cuerpo. Es parte del destino, «un camino sembrado por Dios» para transmitir lo que pasó.

Little Boy

Little Boy

Tres días de recuperación, sanando las heridas, calmando el dolor. 140.000 personas habían muerto aquella mañana. Decide que es momento de regresar a su ciudad natal, Nagasaki, sube al tren sin imaginar que una vez allí, mientras contaba lo vivido a sus allegados, mientras exhibía sus heridas, otro silbido como rayo, caería desgarrando las nubes grises. Era Fat Man, la segunda bomba, y el estaba ahi, para sobrevivir nuevamente y contarle al mundo la experiencia. Otras 70.000 personas a las que se les robaba la vida.

Fat Man

Fat Man

Cuarenta años después, ya al borde de la muerte, lugar que conocía muy bien, Yamaguchi logra reunir a una serie de escritores y cineastas y les comunica su último deseo: «no olvidar lo ocurrido». Por esa sala de hospital llegaron, entre otros, el científico y escritor norteamericano Charles Pellegrino y el cineasta James Cameron.

Yamaguchi partía de este mundo unos meses después de la reunión y Pellegrino, autor de Fantasmas del Titanic (que inspiró la exitosa película de Cameron, con quien, además, trabajaría como asesor en Avatar), inició una frenética carrera por capturar testimonios para escribir «El último tren de Hiroshima». Más de 30 testimonios de sobrevivientes y casi 70 personajes recrean la historia de lo ocurrido el 6 de agosto de 1945 en Hiroshima. Pellegrino intercala los testimonios con la escena inicial del ferrocarril: un tren que avanza por las afueras de Hiroshima, a minutos de la caída de la bomba, que permitió que algunos de sus pasajeros sobrevivieran. «Todo el vagón fue invadido por una luz blanca, silenciosa y violenta», escribe Pellegrino. «Sus retinas comenzaron a quemarse incluso antes de que un reflejo secundario los obligara a cerrar los ojos».

El 24 de marzo de 2009, el gobierno japonés reconoció a Tsutomu Yamaguchi como un doble sobreviviente. Yamaguchi estuvo a una distancia de 3 kilómetros del punto cero en Hiroshima, donde se encontraba en un viaje de negocios cuando detonó la bomba atómica. Sufrió severas quemaduras en el lado izquierdo del cuerpo. El 8 de agosto regresó a su tierra natal, Nagasaki, donde se expuso a la radiación residual de la bomba mientras buscaba a sus familiares. Yamaguchi fue el primer sobreviviente confirmado de ambos bombardeos.

Bruno Traversa

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